
No sois los únicos: entre las fechas de caducidad, las de consumo preferente y el “qué dirán“, muchas veces, en caso de duda, optamos por desperdiciar comida aunque en el fondo sabemos que no hacía falta. También ocurre muy a menudo que metemos en la nevera cosas que en realidad no necesitaban frío… y cuando no cabe todo, siempre está el cubo de la basura para ayudarnos a hacer sitio.