
El exceso del azúcar en los alimentos, el uso desmedido del aceite de palma o la sal, está perjudicando nuestra salud y la del medio ambiente.
Preferimos no mirar las etiquetas, aunque cada vez hay más gente consciente e intenta al menos eliminar todos esos productos del consumo diario.
En algunos colegios ya está prohibida la bollería industrial y los refrescos que tanta obesidad y enfermedades provocan.
Varios supermercados ya están eliminando la venta de huevos que provengan de granjas en las que las gallinas están hacinadas toda su vida
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