
Un centenar de voluntarios se vuelca para convertir la antigua ikastola Karmelo en un hogar de acogida
Atardece y en la cocina de Karmela huele a cebolla recién cortada. Tres jóvenes preparan las enormes ollas con las que confeccionarán la cena a un centenar de compañeros; esta noche toca macarrones. Los improvisados chefs son también parte de los 130 migrantes que en estos momentos acoge la antigua ikastola Karmelo, en Santutxu. De pinches, tres voluntarias que esta noche se estrenan.
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