
El presidente de Fesbal, Juan Vicente Peral, advierte de que las personas que siguen recibiendo ayuda tienen muchas dificultades para volver al mercado laboral
A sus 80 años y después de varias décadas en distintos cargos directivos, Juan Vicente Peral es uno de esos hombres que «prefiere ir por el suelo y no por el cielo». Ese contacto directo con «los problemas del día a día» le ha llevado a ser elegido en mayo del año pasado presidente de la Federación Española de Bancos de Alimentos (Fesbal). Peral se siente orgulloso de estar al frente de esta institución que ha sido declarada como la ONG mejor valorada en 2018 por los voluntarios. «Es muy gratificante», asevera.
Cada año, los 55 bancos de alimentos presentes en todas las provincias, logran distribuir más de 152.000 toneladas de lácteos, pasta, legumbres, aceite, verduras, frutas y conservas, que obtienen de donativos de la industria, de la Unión Europea y de campañas de grandes recogidas de alimentos a las puertas de los supermercados. «Si no fuera por nuestra labor, muchos de estos productos terminarían en el vertedero al llegar a su edad de prejubilación», advierte Peral.
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