El pasado 15 de octubre se presentó en el Banco de Alimentos el informe sobre la Huella de Carbono de las actividades del Banco de Alimentos de Bizkaia que han elaborado dos profesores de la Universidad de Navarra.
Resumen del informe:
La pérdida y el desperdicio de alimentos es un problema de gran relevancia a nivel mundial, ya que
aproximadamente un tercio de todos los alimentos producidos a nivel mundial se pierden o se desperdician,, a la vez que el hambre en el mundo está aumentando. Por otro lado, y de forma importante, afecta significativamente al cambio climático debido a la liberación de gases de efecto invernadero (GEI) por el uso ineficiente de recursos. En este sentido, se estima que cada año se desperdician en el mundo más de 1.300 millones de toneladas de alimentos, lo que equivale al 8 % (4,4 GtCO2e) del total de las emisiones de GEI antrópicas. Esto es debido a que un tercio de la producción de los alimentos destinados al consumo humano se pierde o desperdicia en todo el mundo.
Cada día son más las organizaciones que promueven la sostenibilidad a través de compromisos voluntarios, como es el caso del Banco de Alimentos de Bizkaia (BAB), el cual evita anualmente el desperdicio de 1418 toneladas de alimentos con fecha de caducidad inminente pero perfectamente consumibles. En noviembre de 2023 el BAB estableció un acuerdo con la Universidad Pública de Navarra para la ejecución del proyecto “Evaluación de la huella de carbono del Banco de Alimentos de Bizkaia y su aplicación en la didáctica de las ciencias”.
El principal propósito de esta iniciativa es fomentar la reducción de las emisiones de GEI mediante el indicador de la huella de carbono y mostrar los beneficios ambientales asociados a la reducción del desperdicio alimentario con el fin de promover un consumo más responsable y dar pasos hacia un sistema alimentario más sostenible. Con este objetivo, en primer lugar, el estudio evalúa la huella de carbono generada por las actividades del BAB en el año 2023 y se proponen medidas de reducción de GEI. En segundo lugar, se realiza un análisis comparativo de la situación de las emisiones de GEI “con” y “sin la acción del BAB” en el año 2023. Finalmente, se analiza la evolución de las emisiones del BAB y escenario “sin la acción del BAB” en dos años consecutivos, 2022 y 2023.
La huella de carbono de las actividades del BAB fue de 98 toneladas de CO2e en el año 2023.Las principales fuentes de emisión correspondieron al alcance 3 (otras emisiones indirectas) con 57 toneladas de CO2e, es decir, el 59 % de las emisiones totales del BAB.
Estas emisiones de GEI del alcance 3 están asociadas fundamentalmente al transporte de alimentos (52 % de las emisiones del alcance 3), y al desplazamiento de personal voluntario (42 % de las emisiones del alcance 3) y la adquisición de productos y servicios por el BAB (3 % de las emisiones del alcance 3). En segundo lugar, las emisiones de GEI generadas por el alcance 1 (emisiones directas), asociadas al consumo de gasoil por las furgonetas del BAB, representaron el 41 % de las emisiones totales del BAB en 2023 (40 t de CO2e). Finalmente, el alcance 2, asociado a las emisiones indirectas por la generación de electricidad consumida por el BAB, es insignificante, con el 0 % del total de emisiones del BAB (0,5 t de CO2e). El plan de mejora propuesto, que incluye el incremento del uso del transporte público y del transporte compartido del personal voluntario que se traslada en coche al BAB, optimización del consumo de las furgonetas del BAB e implantación de energía eléctrica renovable en el BAB, reduciría la huella de carbono del BAB en un 10 %.
En segundo lugar, el análisis comparativo de la situación de las emisiones de GEI “con y sin la acción del BAB” muestra que la actividad del BAB evitó que se produjeran 685 toneladas de CO2e en el año 2023. Es decir, la acción del BAB redujo las emisiones de GEI en un 88 % respecto al escenario “sin la acción del BAB”. Por tanto, el balance de emisiones de GEI asociado a la actividad del BAB es ambientalmente muy positivo.
Esto se debe a que en un potencial escenario “sin la acción del BAB”, se hubieran emitido 783 toneladas de CO2e, asociadas en su mayor parte a la gestión de residuos (529 t de CO2e) y, en menor medida, a la producción adicional de alimentos (254 t de CO2e). Estos resultados destacan la importancia, no solo social sino ambiental del BAB, ya que este evita que una gran cantidad de GEI sean emitidas a la atmósfera.
Finalmente, el análisis de la evolución de la huella de carbono de las actividades del Banco de Alimentos de Bizkaia en los años 2022 y 2023 muestra un aumento de 2,3 toneladas de CO2e, asociado principalmente a la combustión móvil, es decir, a los desplazamientos de las furgonetas del BAB y al transporte de mercancías. En cualquier caso, gracias a la actividad del BAB, en 2022 se evitaron alrededor de 789 toneladas de CO2e. En el año 2022 la acción del BAB redujo las emisiones de GEI en un 89% respecto al escenario “sin la acción del BAB”
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